sábado, 25 de agosto de 2012

Juan José Arreola.





Arreola y Rulfo



Autodidacta, actor, prosista, traductor, poeta, erudito, charlista fabulador, declamador, escritor, conferencista, periodista. Ha sido vendedor ambulante, vendedor de sandalias, de “tepache”, cargador, cobrador de banco, impresor, comediante, encuadernador, corrector, panadero editor conferencista, catedrático comentarista de fútbol, colaborador en programas de radio. Comparsa de la Comedia Francesa, Protagonista en televisión, gran comunicador. Ajedrecista. Presidente de la de la Federación Mexicana de Ajedrez. Ante todo un Juglar.

Es el cuarto de catorce hijos: “Di los primeros pasos seguido precisamente por un borrego que se salió del corral. Tal es el antecedente de la angustia duradera que da color a mi vida... Todavía este mal borrego negro me persigue y siento que mis pasos tiemblan Borges ha expresado: “Arreola no trabaja en función de ninguna causa y no se ha afiliado a ninguno de los pequeños "ismos" Deja fluir su imaginación, para deleite suyo y para deleite de todos".

Areola expreso en un cuento: “Jorge Luis Borges y yo estábamos muertos. Para distraernos, Borges se puso a hablar de la eternidad”. También ha dicho “Todo hombre que quiere decir lo que siente, ya ha fracasado de entrada”. “A nadie le he podido contar la atroz aventura de mis noches de solitario... y mi pobre alma cancelada está ahogándose bajo el aluvión de las estrofas”

En 1963 obtiene el Premio Xavier Villaurrutia, en 1977 mereció el Premio Nacional de Periodismo Cultural y, en 1979, el Premio Nacional de Lingüística y Literatura. En 1987 fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo y la condecoración de Oficial de Artes y Letras Francesas, en 1998 recibe el Premio Ramón López Velarde “Soy de los que no acaban de morir si no cuentan bien las cosas”. “Escribo porque creo en los milagros... pero también por los jóvenes que harán la nueva literatura mexicana: en ellos delego la tarea que no he podido realizar. Para facilitarla, les cuento todos los días lo que aprendí en las pocas horas en que mi boca estuvo gobernada por el otro. Lo que oí, un solo instante, a través de la zarza ardiente”

Del han dicho gentes como David Huerta “ El nombre de Juan José Arreola quiere decir entre nosotros, también, pong-pong y ajedrez, vinos rojos y blancos, una vida vivida con plenitud y una sonrisa escéptica e inteligente en los labios, sensualidad de la materia y de la inteligencia, prosodia castellana”. Alatorre expresa: “Maravilla de rigor y expresividad”. Claudia Gómez Haro: “Maestro de acrobacias verbales que conjugaba metáforas y máximas ardientes para estar a la altura de los sentimientos del idioma”. Carlos Monsiváis señala: “Juan José Arreola es un prosista extraordinario y un cuentista muy notable. Confabulario y Varia invención son dos libros de una gran sabiduría literaria, revelan una mentalidad original de un poder irónico notable”.

Augusto Monterroso asegura sobre Arreola: “Era dueño de enorme inteligencia e ingenio, algo que ponía en juego siempre. En la oralidad fue también un gran maestro de pensamiento y forma, un gran conversador. Aunque ésta es una aporte efímero, debido a su propia naturaleza”. Vicente Leñero dice: “Es un actor natural, contagia oírlo, contagia estar con él, contagia verlo hablar y se aprende mucho de su memoria privilegiada”.

Eduardo Lizalde argumenta: “Marcó la historia cultural de nuestro país, como charlista de genio excepcional, como uno de los improvisadores, expositores más imaginativos, brillantes y sorprendentes que haya conocido en mi vida”. "Toda la gente iba a la casa de Arreola, estuvieron Boby Fisher, el campeón soviético Petrosian, en fin, era un sitio de reunión de amigos al que llegaban estos grandes campeones a darnos espectáculos".

Víctor Hugo Rascón Banda escribe: “Ahí están esas improvisaciones infinitas que hacía con sólo mirar una piedra, un cuadro, un paisaje, una iglesia, un convento, un patio virreinal; el creaba un cuento, imágenes al instante. Considero que no hay hombre tan culto y lúcido para crear palabras que al mismo momento llegaban a todos los hogares por medio de la televisión”.

Gabriel García Márquez traslado a Juan José ante Fidel Castro y le dijo: “Te presento a Arreola, que es el escritor que más me gusta, después de mí” Luis Miguel Madrid menciona: “Juan José Arreola es ya un personaje que tendría que pasar inmensas horas recibiendo premios y reconocimientos, viendo múltiples ediciones de sus obras, traducciones, participando en mil un eventos y, sobre todo, aprendiendo a olvidar su portentosa memoria”.

Se le explica al Maestro que al nombrársele una palabra deberá mencionar en forma libre lo que le venga en mente. A continuación la trascripción de las preguntas y de sus repuestas.

Ajedrez.

-Sir Leonard Woolley descubrió tres objetos en la cuenca mesopotámica La Daga de oro Ur, el estandarte de la ciudad, el cordero preso entre las zarzas y un cuarto objeto igualmente maravilloso: el tablero de ajedrez de ocho casillas; la trampa mental de: el gambito de las 64 casillas. El ajedrez es la forma de conformarse del hombre para saciar su sed, su nostalgia de infinito, conformarse en hacer la guerra allí en un espacio limitado pero al mismo tiempo capaz de alojar al infinito. ¿cuál es el infinito? Las infinitas complicaciones que crean entre si las piezas del ajedrez. El ajedrez es el único juego que vale la pena jugar porque nos sobrepasa, como las piezas de Shakespeare, las novelas de Dostoievski o los más grandes poetas de la humanidad que han hecho algo que se acerca a lo imposible, pero todos se quedan en el umbral. Me di cuenta de que el ajedrez es imposible para el hombre, está más allá de su alcance. Las posibilidades de movimientos que se pueden hacer son verdaderas monstruosidades.

El ajedrez es la forma de conformarse del hombre para saciar su sed, su nostalgia de infinito, conformarse en hacer la guerra allí en un espacio limitado. El ajedrez se trata de un duelo de un hombre contra otro, donde lo que es la personalidad del hombre queda comprometida. Cada jugador lucha contra su enemigo interior que es su torpeza o sus hallazgos.

¿La edad del ajedrez?

-El ajedrez tienes alrededor de seis mil años de existencia La palabra ajedrez ¡esa una cosa hermosísima! de las palabras más antiguas y universales de la humanidad. El tablero que se encontró en la torre de Babel aparece después en Egipto, también allí se han encontrado piezas sueltas y una broma extraordinaria, en el papiro satírico de Siena aparece una caricatura que nada menos que esto: un león jugando al ajedrez con una gacela. Siendo la gacela la caza favorita del león. Tradicionalmente se atribuye el origen del ajedrez a la India, pero eso es imposible de demostrar en cambio en Mesopotamia y Egipto tenemos testimonios de ajedrez completamente remotos.

La batalla.

-El ajedrez se trata de un duelo de un hombre contra otro, donde lo que es la personalidad del hombre queda comprometida. Es el individuo el que mismo el que pierde o gana. Cada jugador lucha contra su enemigo interior que es su torpeza o sus hallazgos. El ajedrez apela a la condición humana en general: a la intuición, a la sagacidad, a la capacidad de concentrar nuestra intuición en un punto determinado de espacio.

Los colores en el tablero.

-División maniquea, un reino de la luz y un reino de tinieblas. Oposición de contrarios.

Creación.

-El acto de la creación, cuando ésta es auténtica, resulta devorador. Yo temo y amo el amor y la literatura, los temo a los dos. De alguna manera, mi acercamiento a la mujer, y mi acercamiento a la creación literaria, están envueltos en el mismo temor.

Tablero

El tablero que se encontró al pie de la torre de Babel aparece después en Egipto y se habla de una reina de la decimoctava dinastía, tan aficionada al juego del ajedrez, que pide ser envuelta en un sudario de dieciséis casillas; en los relieves se advierte la imagen de dos personas que juegan sobre un tablero con piezas verticales, no con fichas, ¡con piezas erectas! También se han hallado en Egipto piezas sueltas y una broma extraordinaria: en el papel satírico de Siena aparece una caricatura que es nada menos que esto: un león jugando al ajedrez contra una gacela. Siendo la gacela la caza favorita del león, la ilustración parece significar que se la esta “pichoneando”, a la mexicana. ¡Eso sí que es verdaderamente emocionante!

-Tradicionalmente se atribuye el origen del ajedrez a la India. Se dice que surgió en la cuenca del Bramaputra, pero eso no es cierto e imposible de demostrar, además, porque la India nunca nos ha dado cronologías exactas. En Mesopotamia y en Egipto, en cambio, tenemos testimonios del ajedrez completamente remotos; tres mil a cuatro mil años antes de Cristo. El ajedrez tiene entonces alrededor de seis mil años de existencia real, y la palabra ajedrez, ¡ésa es otra cosa hermosísima!, es una de las palabras más antiguas y universales de la humanidad; tan antigua como la palabra azúcar que viene de shajart: ¡sánscrito!...

Las piezas del ajedrez.

Con los peones se ha llegado a sutilezas increíbles se les otorga especializaciones: el peón de caballo dama es labrador, el peón de alfil rey es tejedor. Al alfil lo podríamos calificar de jesuítico, de maquiavélico por que se mueve siempre de manera oblicua. El alfil ha sido considerado un ministro, en Inglaterra obispo, en Francia un juglar: el Fou: el loco. El alfil es el Fouche del ajedrez, avieso como político. La torre en cambio es un castillo, es recta sólida.

Preferencia por las piezas d ajedrez

Por razones psicológicas hay personas que mueven mejor los alfiles que los caballos. Un audaz preferirá jugar con caballos. Una persona prudente tratará de cambiar de inmediato la dama, los alfiles y los caballos para jugar con torres... Jaque –el índice de Arreola señala su alfil-. “Oblicuo alfil y reinas agresoras” –dice, recitando a Borges-. Y ya que recuerdo a Borges confesaré que alguna vez soñé en componer una antología universal del ajedrez en la literatura y en la historia. Luego me di cuenta de que necesitaría un equipo de veinte o treinta personas distribuidas en el mundo. Imposible.

La dama.

En el rey negro, un drama de amor pavoroso relato sobre un hombre que pierde la dama y que realmente ha perdido a la mujer amada por una inexplicable torpeza, y ahora vaga inútilmente por el tablero de blancas noches y negros días.

Quimera.

A mi no me han importado en la vida las cosas que puedo hacer, me han importado las que nunca podré hacer. Ya estoy en vísperas de mi muerte y me doy cuenta de que tuve razón. Caí en la ilusión de la literatura pero no caí nunca en la ilusión del ajedrez, aunque yo llegara a jugarlo relativamente bien y a pesar de que ha sido el pasatiempo de mi vida, más que la literatura, incluso. Yo no he dedicado a la literatura ni la milésima parte de lo que he dedicado al ajedrez. Pronto me di cuenta de dos cosas: de que la literatura y el ajedrez son imposibles.

Intuición.

-En realidad el que me ha importado siempre más es el hombre de intuición, el hombre de la imaginación, el hombre que de pronto ve la posición y sintetiza y halla la jugada clave, la que deshace toda la estructura del adversario.

Tablas.

-Es el momento de la perfección. La única finalidad de una partida de ajedrez es hacer tablas. Que los dos jueguen tan bien que la partida tenga que ser irremediablemente tablas.

La victoria.

-El sentimiento de superioridad; parece un pensamiento nietzscheano; el prevalecer, de triunfar en la vida, triunfar en la partida. y ahí se ve que el hombre quiere ser esa criatura que desea ganar, que quiere verificar su persona a costa de la persona ajena. a sensación de ganar en ajedrez es una de las mejores afirmaciones de la personalidad.

¡Pongan en marcha su reloj!

-En ese momento se detiene el mundo para mí, y todo el espacio del universo se contrae hasta medir ocho casillas por ocho. El tiempo también deja de existir.

Steinitz.

Una pequeña ventaja de espacio, de posición, un tiempo; lo difícil que es entender lo que es un tiempo en ajedrez. Hay veces en que se pueden perder tiempos, hay que perderlos, y hay veces en que la ganancia de un tiempo es capital. También eso ocurre en la obra de arte. Donde las palabras tienen que ordenarse, las frases, las estrofas, como en la partida que tiende al equilibrio y a la armonía. Todo se va ordenando en la partida magistral.

El azar.

Tenemos una repugnancia original al ajedrez los mexicanos, por que el ajedrez elimina las circunstancias azarosas y nos compromete a una hazaña individual, nos obliga a una confrontación pura, sin recursos de fuerza física. Porque, fuera que a usted le toquen blancas o negras, no hay más posibilidad de azar en ajedrez. Porque no es azar que el adversario cometa un error, como no es azar tampoco que lo cometa yo mismo. Entonces todo depende del acierto o del error, y aciertos y errores son obras nuestras. Sólo sabemos jugarnos la vida a cara u cruz, águila o sol. Buscamos juegos donde el azar impere. Todo o nada y por esa razón es importante propagar el ajedrez en México.

Enemigos.

El ajedrez se buscan unos a otros se necesitan mutuamente para confrontarse resolver la quererla que significa lo antagónico Spassky y Fisher son ahora dos personas que no se pueden negar entre sí que se necesitan, que se atraen para confrontarse , aunque se piensen enemigos acérrimos.

¿Los ajedrecistas se hacen solos?

Un craso error los niños deben ser iniciados en el ajedrez La orientación es fundamental, he sido maestro en varios talleres de literatura. He descubierto que la enseñanza es otra manera de crear

Las apuestas.

Miguel Nadjorf me confesó que en la eliminatoria del mundo, jugando con el campeón Botvinnik, se atrevió a deslizar un billete de mil dólares por debajo de la mesa para tentar a Botvinnik y este acepto la apuesta. La apuesta es corruptora.

¡Jaque mate!

¿Será la muerte factor que determina olvido o principio de un largo recorrido en la memoria?

La derrota.

Antes de que me hagan la última jugada, decido inclinar mi rey... pero me tiemblan las manos. Calculé en un instante todas las posibilidades de pérdida y salvación, apostando a vida o sueño... llevo todavía en el cuello las huellas mortales que me dejaron las manos de mi rival Y en la conciencia la certidumbre de que sólo disfruto una tregua.

8 x 8

Se me ocurre que el hombre se ha extraviado a partir de los números nones, siendo que la posibilidad única de realización humana es el par. Pensemos en la pareja que preside la creación: Adán y Eva. Pensemos en la pareja del rey y la reina en el tablero de ajedrez. Ese tablero de casillas pares trata precisamente de impedir, como lo hace también la teoría duodecimal, que nos vayamos al non, a lo que representa al fin y al cabo un ángulo de soledad. Siempre que hablamos de números pares, hablamos de acompañamiento. Y aquí podría encontrarse una explicación al porqué el pueblo mexicano ha manifestado a lo largo de su historia una cierta repugnancia al ajedrez. Nos repele un juego que se basa en números pares. Los mexicanos queremos seguir siendo nones; es decir: abandonados.

Ajedrez e infancia.

Mi padre jamás me enseño el ajedrez que él jugaba, hoy sería un hombre feliz y no tendría ningún problema literario, ni moral, ni amoroso si hubiera llegado a ser una gran ajedrecista. No, lo puede ser, aprendí a los 22 años, muy tarde. El Hombre que no aprende a jugar ajedrez de niño no será un gran ajedrecista Los mayores goces los he tenido en el tablero y mis mejores logros como ajedrecista han sido fuera del tablero de ajedrez: cuando he logrado escribir algún pasaje de prosa que se parece a una serie de jugadas magistrales.


Idea y recopilación

Dr. Gabriel Capó Vidal.