sábado, 26 de noviembre de 2016

Miguel Najdorfl.


El último de los grandes románticos; un genio, un viejo loco, inabarcable y maravilloso.


Mieczyslaw Mendel Najdorf nació el 15 de abril de 1910, en Varsovia, Polonia, fue el mayor de cinco hijos, sus padres fueron: Gdalik y Raisa ambos de origen judío.

Sobre Najdorfl se dice, que es un simpático cascarrabias, con el tono altisonante, acompañado por un acento centroeuropeo, confuso, sin influencias, aún después de casi cincuenta años de rodar por la calle Corrientes.

Najdorf ha llevado al ajedrez argentino a su punto más alto. Sus logros individuales y colectivos lo han convertido en uno de los ajedrecistas más destacados de este siglo: fue subcampeón olímpico representando a la Argentina y a Polonia, ganó ocho veces el torneo nacional de ajedrez y su récord mundial de partidas simultáneas a ciegas no ha sido superado aún.




Raisa y Gdalik, los padres de Najdorf

Miguel es el último de los grandes románticos del ajedrez. Ha competido en tres olimpiadas de ajedrez. Nació en Polonia en 1910 dentro de una familia judía. A los 14 años se intereso por el ajedrez Akiba Rubinstein fue su maestro. Más tarde también tendría como maestro a Savielly Tartakower. Desde entonces, menciona, mi progreso dentro del ajedrez fue rápido y a continuación sonríe.

En 1936 en la ciudad de Munich, Polonia cosechó un gran éxito al conquistar la Medalla de Plata. Najdorf obtuvo la medalla de oro en su tablero. En 1939 integró el equipo olímpico polaco que viajó a la Argentina. La invasión alemana a su tierra natal, le obligó a quedarse en la Argentina.

Najdorf es uno de los diez mejores ajedrecistas del mundo, además de estar considerado, junto a Reshevsky y Gligoric, como uno de los mejores jugadores de Occidente ha sido incontables veces Campeón de Argentina.

Ha sido miembro del equipo “Resto del Mundo” que se enfrentó a la URSS Consiguió un meritorio empate con el ex campeón mundial Mikhail Tahl (una partida perdida, una ganada y dos tablas). Entre sus mejores victorias también se encuentran los torneos de Ámsterdam, La Habana, -donde superó, entre otros, a Spassky- y Mar del Plata. El juego de Najdorf es creativo y agresivo. Su fuerza radica en el medio juego.





Najdorf y su 
esposa Genia en Varsovia

Al incitarle a contarnos su vida afirma: Todo el mundo ya conoce mi historia. Nací en Varsovia, estudié, tenía familia, esposa, hija, padre, madre, cuatro hermanos, vine una semana antes de la Segunda Guerra Mundial acá a Buenos Aires y perdí a todos mis seres queridos, no me quedó ningún pariente.

La guerra iniciada por Alemania también hizo que ajedrecistas como Susana Graf se quedaran en América. Nací dos veces sin haber pasado por el requisito de la muerte; la primera, al igual que todo el mundo, y la segunda, a los 29 años, cuando llegué a la Argentina.

Llegue a la Argentina como integrante del equipo polaco de ajedrez para participar en el Torneo de las Naciones, hoy Olimpíadas de ajedrez. El ajedrez me enseñó a perder, hasta Kasparov ha perdido con una máquina. ¡No hay campeón que no sepa perder! En mi caso, mi calvicie -me dice en tono de guasa- se debe a que cada que pierdo, se me cae un pelo. ¡Imagínese cuántas partidas he perdido en mi vida! Miguel ríe a carcajadas.

El maestro comenta: una de mis grandes condiciones fue siempre la de poseer una gran memoria, y aclara: Tengo una memoria privilegiada según para qué, si me prestan dinero trato de olvidarme en el acto. Hablando en serio, esto me ha permitido una vez obtener el record mundial de simultáneas a ciegas.



Una anécdota interesante es la que relata Najdorf: Me encontraba de viaje y un pasajero se me acercó y lo salude Yo no podía recordarlo; sin embargo, el pasajero me relató que él participó en un exhibición simultánea y luego de que le preguntase el tablero en el que tuvo participación, pude recordar exactamente la partida y el momento en el cuál le di jaque mate.

En 1950, cuando la FIDE creó el sistema de títulos oficiales, fue uno de los jugadores a los que se reconoció con la categoría de Gran Maestro Internacional. Ese mismo año disputó el Torneo de Candidatos al título mundial, quedando en quinto lugar.




                                         

Photo by Catherine Jaeg, included on her book
 “Black & White Passion”, 1991.

Tres años después, en el Torneo de Candidatos de Zurich 1953 quedó sexto. Ganó importantes torneos como los de Mar del Plata (1961) y La Habana (1962 y 1964) y como anteriormente hemos dicho participó en varias Olimpíadas de Ajedrez representando a Argentina, consiguiendo como mejor resultado el segundo puesto en Helsinki (1952).

A pesar de su edad avanzada participó en el encuentro de 1970 “URSS versus Resto del Mundo”, consiguiendo un empate con el ex campeón mundial Mijaíl Tal. .

Una vez, Najdorf jugaba un torneo de varios días de duración, vio derrumbado en un sillón del hotel al jugador contra el que se enfrentaba esa tarde. Quiso animarle y le invitó a una copa. El deprimido ajedrecista la aceptó encantado.

Después de una copa, vino otra y otras más. Todas las pagó Najdorf y se sentía culpable, porque pensaba que su adversario, cada vez más bebido, jugaría esa tarde rematadamente mal. No fue así; bebido más de la cuenta, hizo una partida formidable y barrió del tablero a Nadjorf.



Poco antes del remate, el beodo le pidió tablas. “¿Me pides tablas? No lo entiendo, la tienes totalmente ganada” comentó Nadjorf sorprendido.

Su rival le respondió: es una manera de agradecerte las copas que me has pagado. Estoy sin dinero y yo, si no bebo, juego muy mal. Sólo entiendo el ajedrez y veo las jugadas a partir del tercer whisky.

Otra anécdota es la siguiente un prestigiado jugador, durante una partida suspendida, consulto a Najdorf sobre el futuro desarrollo del juego.

Miguel preguntó: ¿quién mueve? nuestro ajedrecista, le indicó que el negro Najdorf dijo: Esto está ganado por el blanco, -mientras le explicó todos los agujeros que presentaba el negro y el ataque imparable del blanco haciendo estragos en la débil defensa negra- Creo que sí, pero yo juego con negras dijo él trebejista. ¡Ahhh!, entonces gana el negro respondió Najdorf. -¿No me dijo que ganaba el blanco maestro? ¿ah sí? ¿de qué forma?

Entonces el consultante, retomo la conducción de las blancas e intentó hacer todo lo que lo que le había explicado Nadjorf en su análisis, para inutilizar a las negras. ¡Sorpresa! Miguel encontró una jugada con la que aparentemente el negro quedaba superior. Este nuevo análisis demostró que el blanco no ganaba, sino que el negro se quedaba con material de más y a la postre con ataque.


El ajedrecista dijo: ¿entonces gana el negro? -depende.- contestó Najdorf - de que manera jueguen las negras... Nuestro personaje intentó con negras hacer la variante ganadora descubierta por Miguel, y sucedió lo mismo que cuando jugaba con blancas, Najdorf encontró una jugada que echaba por tierra toda esperanza en la partida, y volvió a ganar con blancas.

¿Maestro, por fin, quién gana, el negro o el blanco? Depende, respondió el gran polaco con una carcajada, si juego con blancas, gana el blanco; si juego con negras, gana el negro.

Se le pregunta al políglota, quien habla ocho idiomas, al organizador y promotor del ajedrez en Argentina y en el mundo, al dueño de frases como: "Vos todavía no aprendiste lo que yo ya olvidé", "El desocupado nunca tiene tiempo; yo en cambio siempre estoy ocupado y siempre tengo tiempo", "Primero la idea, después la jugada" lo siguiente:

¿Quien le enseña el ajedrez?

-Aprendí a jugar al ajedrez a los 14 años, en 1924, con el padre de un amigo, violinista de la Orquesta Filarmónica de Varsovia.

¿Tuvo apoyo familiar para jugar al ajedrez?

-Mi familia no veía con buenos ojos, el que me dedicase al ajedrez. Mi madre quemó mi tablero; vi arder las piezas del ajedrez en la chimenea de la casa, mientras mi madre me decía: ¡Me van a crecer margaritas en la palma de la mano antes de que llegues a alguna parte con esa tontería!

Finalmente para dar gusto a mis padres estudié para graduarme como profesor en matemáticas, pero no terminé mi carrera en el politecnico de Varsovia. Pero lLogré ser el campeón de Varsovia en el año 1934. Ríe a carcajadas.



Imagen relacionada

Tutor

-Para mí lo fue el gran jugador ruso Savielly Tartakower

Hans Frank

-Gobernador de Polonia quien me condecorado con la medalla de oro por mi desempeño en el 1er tablero polaco en la olimpíada de ajedrez de Münich en 1936. Y fue el responsable del exterminio de toda mi familia.

-Los grandes nombres del ajedrez como sus opositores.

-Frente al tablero no existe el apellido, sólo cuenta la posición.

Spasky.

-Cuando Boris Spassky ofrece una pieza, deberías elegir rendirte ahí mismo.




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Miguel Najdorf y Saviely Tartakower en el centro



Thal.

-Cuando Thal te ofrece una pieza, entonces harías bien en continuar jugando, pues al rato podría ofrecerte otra, y luego otra, y entonces... ¿quién sabe?


La Familia.

-La familia es lo más bello que un hombre puede poseer. Al participar yo en la Argentina, a la que le debo tanto Alemania declaro las hostilidades, había iniciado la segunda guerra mundial y por lo tanto varios participantes en estos juegos decidimos quedarnos a vivir en América.






Después de la guerra volví a Polonia donde con la más intensa tristeza y dolor, constate el haber perdido a toda mi familia en Polonia, nadie sobrevivo, en los campos de concentración nazis; ni mi mujer, ni mi pequeña de tres años, ni mi padre, ni mi madre, murieron cuatro hermanos, tíos y primos. Después regresé a la Argentina, al tiempo forme una nueva y bella familia, con mi esposa tuvé dos hijas. Lo narra con un acento de tristeza.

¿A que se dedico, en esos días de angustia, dolor y desarraigo?

-Le diré que sufrí mucho, fueron días llenos de tristeza, y noches de insomnio; pero por otra parte trate de ser feliz, de no enamorarme del dolor.

Vendí corbatas, perfumes, di simultaneas. Con lo que ganaba me iba a los cafés a jugar ajedrez hasta el cansancio, creo que ello me salvo de la locura, después me dedique a los seguros, trabaje durante muchos años como agente de seguros.

El ajedrez fue muy importante, lo necesite para seguir viviendo, fue algo que le dio sentido a mi vida.


                        
¿Estar vivo fue una causa de conflicto?

- Sí y al mismo tiempo una fuente inagotable de culpa y sufrimiento.

Sabe mi esposa Genia no me acompaño en el viaje a América por haber contraído un fuerte gripa. Me reprochado el no haberla traído.

Al inicio de la guerra recibí algunas cartas de ella. Traté por todos los medios de traerla, acudí por ayuda al presidente de Argentina, a la embajada polaca, a todas las autoridades. Mis esfuerzos fueron inútiles.

Después vino el levantamiento del gueto de Varsovia. Mi padre murió luchando en las calles de Varsovia. Mis familiares eliminados en los campos de concentración.



      Hans Frank 

Hábleme de Genia.

- Fue una mujer bella de la que me enamoré, sus padres no aceptaron nuestra relación, por ser yo conocido como un bohemio y ajedrecista. Decidimos escaparnos y vivir juntos. Después, ya con la autorización de sus padres nos casamos. Genia fue una talentosa pianista.

Nadjorf se encuentra visiblemente emocionado. Cambio el tema y menciono:


 Jugar a ciegas.

-El requisito es tener una buena memoria, en octubre de 1943 establecí el primer record mundial de partidas simultáneas a ciegas en la ciudad de Rosario, 40 tableros (+36 =1 -3) yo buscaba con esa exhibición era que los periódicos alemanes se hiciesen eco de esa actuación, para así poder hacerles llegar una noticia a mi familia y restablecer el contacto con ellos. Pero como sabemos fue inútil.

Ese día supero a George Koltanowski quien jugó 34 simultáneas en Escocia en 1937.

-Sí, efectivamente sólo que él, no lo reconoció, alegando que en el evento no habían asistido representantes internacionales para verificarlo. Por lo cual el 25 de enero de 1947 en San Pablo, Brasil, y ante representantes internacionales me enfrente a 45 tableros (+39 =4 -2) y 83 participantes que eran relevados a medida que se cansaban. La exhibición de simultáneas a ciegas inicio el 25 de enero a las 21 y finalizó al día siguiente a las 19.40.

-En esta ocasión rompió su propio record eso significó retener 1440 posiciones, 2880 escaques y cerca de 1800 jugadas. Miguel bondadoso, sólo sonríe.






¿Su record de simultáneas?

-250 tableros (226+ 14= 10-)

¿Usted aspiró a ser el Campeón del mundo?

-Sí y perdí la oportunidad cuando la FIDE no quiso cubrir conmigo la plaza a la que había renunciado Reuben Fine en el torneo de 1948. Participe en dos Torneos de candidatos en Budapest (Hungría) finalice quinto; y en Zúrich donde finalice sexto.

¿Cuáles son los torneos donde ha triunfado?

-En total 52 torneos internacionales: Hungría 1936, Buenos Aires 1941, Amsterdam 1950, Bled 1950, La Habana 1962, Mar del Plata 1965, etc. Representó a Polonia en las olimpíadas de 1935, 1937 y 1939. Defendió los tableros de Argentina en once olimpiadas desde 1950 hasta 1976. Logre tres subcampeonatos olímpicos de Ajedrez en 1950, 1952 y 1954.

¿Cuantas partidas ha perdido?

-¡Hasta quedarme calvo!

¿Con que Campeones del mundo ha jugado?

-Podría decir que casi con todos. 

¿Con Lasker? 

-Con él solo jugué al bridge.

¿Y a quienes ha vencido?

-A Mijaíl Botvínnik, Vassily Smyslov, Tigran Petrosian, Mijaíl Tal y Bobby Fischer.

Perón.

-Durante el match entre Argentina y la URSS en Buenos Aires. Yo jugaría con blancas contra Bronstein. Tras sonar los himnos nacionales, el presidente Perón se acercó al tablero y realizó el primer movimiento simbólico: 1.e4, para retirarse entre aplausos. En ese momento yo rectifiqué el movimiento del presidente, moviendo 1.d4. Sorprendido, Bronstein me preguntó ¿Cómo se atreve a rectificar al máximo representante de su país? Y le contesté: Nosotros vivimos una democracia y no voy a jugar contra el máximo especialista del juego abierto, David Bronstein, 1.e4, por ignorancia del general: sería darle a usted ventaja.

¿Cuáles son sus aperturas?

-Entre mis ideas esta la variante de la Defensa siciliana, a mi me parece, una de las más sólidas para las negras. También he realizado contribuciones a la teoría y práctica de otras aperturas, como la defensa india del rey.

¿Por qué no ha escrito su biografía?

-Lo he intentado, sólo que los recuerdos son muy dolorosos. Es cierto, me lo he propuesto, sin embargo ha sido inútil. Eduardo mi terapeuta ha platicado conmigo por muchas horas, por meses En estas entrevistas documento mi vida. Todo quedo en carpetas, resúmenes, notas, que 
han quedado en un rincón, olvidadas.


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Los contrincantes.

-Cuando la partida termina —bromea Najdorf—, los maestros se estrechan caballerosamente las manos, porque no pudieron estrangularse.

Alekhine.

-Durante la Olimpíada en Buenos Aires, en 1939, una noche, en un centro nocturno, tuve un encuentro con el Campeón Alexander Alekhine. Al acercarme a la mesa y tras nuestro saludo, Alekhine me invito a sentarme. Recuerdo que pidió dos botellas de whisky importado.

-Perdón Doctor, le dije: a mí me alcanza con un vasito. Si no lo toma usted, la termino yo solo -respondió Alekine-

Yo intenté recordarle: Con usted jugué tres veces y tengo un score favorable por 2 a 1.

Alekhine, me miró y afirmó:

- Usted miente jugamos dos veces y las dos fueron tablas.

No repliqué. En 1929 usted dio una simultáneas en Polonia, 30 partidas más dos a ciegas… en una de esas estaba yo.

-¿Treinta partidas más dos a ciegas? Repitió incierto Alekhine y enseguida agregó ¿Usted fue el que sacrificó la torre en siete torre?

Exacto, respondí.

¡Tiene razón, usted es el polaco!

¿Los ajedrecistas se hacen solos?

-Te diré que es un barro -en lunfardo- ¿quien dijo eso? Es un desacierto, una equivocación, cometida por torpeza o desconocimiento. Yo me dediqué a la enseñanza del ajedrez por distintas ciudades del país.

Najdorf señala a la ventana ¿Ve todas esas personas que cruzan por la calle? Pues yo me comprometo a enseñarles a jugar hasta hacerlas de primera categoría. Le agradezco al Ajedrez la capacidad de lucha frente a la adversidad que me inculcó desde niño, enseñándome a aceptar la derrota como parte inseparable de la existencia.





Este juego enseña, como pocas cosas, la enorme virtud de la humildad y a superar las contrariedades y problemas de la vida. Por eso es muy necesario la enseñanza a los chicos.

El ajedrez forja el carácter. Por eso veo fundamental su enseñanza en las escuelas, colegios y en la universidad.

“Gens Una Sumus”

-El Ajedrez nos enseña el sentido profundo de hermandad, de solidaridad. No hay cosa más linda como que todas las nacionalidades y con distintas creencias sociales, políticas y religiosas, formemos parte de una sola familia, “Gens Una Sumus”. Este juego enseña a no odiar. El Ajedrez, en definitiva, es un arte de caballeros, donde la justicia prevalece.

La tragedia.

-El dolor de la tragedia, así como el de la derrota, te tiene que ayudar a afrontar la vida, como sucede en una partida. Con llorar y lamentarse no se resuelve nada.

¿Se considera elegido por Caissa?

- Siempre pensé llamar a mi autobiografía “El hijo de Caissa” .
Para escribir un libro de mi vida hay que ser ajedrecista, porque yo pienso como jugador y el que no es un jugador piensa en otra forma.

¿Qué siente al organizar torneos?

-Una gran alegría. Nuestro ajedrez ha adelantado. Por eso trato de organizar torneos, para devolverme a mi patria lo que yo he recibido. Mi familia, por tradición, lo seguirá haciendo.




El equipo olímpico argentino de 1952

El equipo olímpico argentino de 1952 
Rossetto, Pilnik, Laurens de la FADA, Maderna, Eliskases, Najdorf y Bolbochán.


Saviely Tartakower:

-Aprendí a jugar a su lado. Era un humanista, un fino humorista, un hombre de gran cultura, un ser extraordinario en fin… un gran hombre en todos los aspectos.

Siendo usted muy joven, le tocaba enfrentarse en un torneo contra un rival muy experto y le pidió consejo a Tartakover

-Así fue le dije; Mi contrincante, sabe mucho más que yo, ¿Cómo debo jugarle?, No olvido lo que el gran Maestro me respondió: “Respetándole, mi querido Miguel, respetándole”.

No conforme insistí y él me dijo: “Él es un profesional y defiende su pan con sus conocimientos. Por ello estudia para pulir y mejorar su juego con líneas suyas o de otros. ¿Usted quiere ganarle, verdad?... Bueno no hay otro camino que seguir las ideas clásicas, y ya que usted lleva blancas, tratar de mantener el equilibrio hasta que él cometa algún desliz, quiera forzar, creyéndose mejor que usted y le brinde una oportunidad. No se le ocurra hacer locuras, pensándose más talentoso, porque se invertirán los papeles. Los maestros expertos dominan todas las posiciones y perciben el menor fallo. Y cuando usted cree atacarlo, a lo mejor él se limita a desarrollar sus piezas para darle una lección”.






Los ojos del argentino brillan, y comenta: ¡Bueno conseguí unas tablas!

El "Clarin"

-He escrito por mucho tiempo en este diario. Reseñado y comentado varios encuentros de ajedrez, las olimpiadas. He publicado mis puntos de vista y muchas anécdotas. Ha sido una manera de contribuir a lo que esta tierra me ha dado.

¿Dejara el ajedrez?

-¡Jamás, le debo todo!

¿Qué más puede agregar?

-Tuve la suerte de empezar de nuevo, aprender un idioma nuevo, adaptarme a una patria nueva. La mejor jugada que hice en mi vida fue quedarme en Argentina. Aquí formé mi hogar, me casé con una mujer adorable Adela. Tengo dos hijas: Mirta y Liliana, y tengo nietos... Cuando enviudé formé pareja con Rita.

Se dice que usted es apasionado, desproporcionado, ostentoso, gigantesco, extraordinario, abrumador.

-Sí, un poco de todo. Solo falto en la lista; agradable. Sus carcajadas son estruendosas.

¿Cuál sería el colofón apropiado para esta entrevista?

-Que supe perder, pero que también, he tenido una vida muy feliz. El Ajedrez es lo que me da fuerza para seguir viviendo. Creo que la mejor partida, todavía no la he jugado.





A continuación Nadjor, vivaz, me estrecha la mano y sonríe y da por terminada la charla. Nadjorf se levanta y se dirige al sitio donde se encuentra un tablero de ajedrez e inicia a reproducir una partida.

Se queda en mí la imagen de este viejo joven, meditando, con las manos entrelazadas por detrás.